El País, jueves 14 de junio de 2001

Interinos, y a mucha honra

ISABEL TALENS ESCRIHUELA | Tavernes de Valldigna

Los que estamos trabajando como interinos y maestros, hacemos una labor importantísima para la sociedad, y a quien nos critica, le digo: Pásese ocho horas trabajando en el colegio y después, para relajarse, vierta una hora más de su vida conduciendo por la autopista. Después, seguro que tiene la sensación de ser una auténtica vaga por no tener tiempo y ganas para ponerse a estudiar.

Algunas y algunos de nosotros aún sacrificamos alguna hora de dedicación a nuestra familia o pareja y, después de cenar, sacamos las carpetas, que nos recuerdan que no somos nada aún. Que llevamos años trabajando en esto y aún tenemos que demostrar que servimos para lo que ya es evidente.

Y un día, un político se atreve a decir que hay que hacer algo por los interinos. Y ya la hemos liado. Nos ponen por los suelos, que somos unos vagos... que no hay derecho a que accedamos sin haber superado la oposición... A lo que no hay derecho es a que estemos tanto tiempo trabajando de esta manera. Hacer un examen, perfecto, pero todos sabemos que no es la fórmula perfecta de ser unos buenos maestros. Podemos ser unos perfectos opositores y no saber dar una clase.

Dejemos que los políticos y sindicatos negocien, que hagan algo por todos nosotros. Busquemos esa fórmula justa para dejar de trabajar en precariedad. Y dejemos de criticarnos los unos a los otros. Eso no nos conduce a nada positivo. Sólo a crear un ambiente de rencores y dudas. Y a ennegrecer nuestra imagen como maestros, que ya está bastante atacada. Interinos y maestros, sí, y a mucha honra