El País

Domingo, 27 de mayo de 2001

Zaplana consagra a su gobierno como el más influyente en España
El presidente acusa de los socialistas de 'irresponsabilidad' por votar contra el PHN

CRISTINA VÁZQUEZ | Valencia

Ni autobombo ni ataque de éxito. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, negó ante 2.000 militantes del PP que la convención por el sexto aniversario de su llegada al poder fuera un acto propagandístico. Pero en casi cinco horas no se habló de otra cosa que de los aciertos del Gobierno conservador, que Zaplana definió como el más influyente e imitado de España. El político apoyó su éxito en los logros económicos y las políticas sociales. Y lanzó duros ataques contra la oposición, sobre todo la socialista, por no apoyar el PHN, a su juicio, 'la mayor irresponsabilidad'.

Fue una convención de partido, en la que todos los oradores eran miembros del Consell. Arrancó en el Palau de la Música de Valencia poco después de las once de la mañana y acabó cercanas las tres y media de la tarde. Sin pausas, uno tras otro, los vicepresidentes y consejeros de Zaplana repasaron en los 10 minutos que tenían asignados su acción de gobierno en estos seis años de gestión en un tono claramente desprovisto de autocrítica, salvo alguna excepción. Más de un orador incluida la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tuvo que elevar la voz para no ser eclipsado por la sintonía popular con que se les avisaba de que estaban fuera de tiempo.

En un escenario dominado por la consigna Molt i bo, con decenas de jóvenes arropando la tribuna de oradores y tras la proyección de un vídeo donde se reiteraron las conquistas del PP, el presidente Eduardo Zaplana cerró una convención, la segunda tras la celebrada el pasado mes de marzo en Alicante, de inevitable corte propagandístico y con cierto culto a la personalidad del presidente. El propio político reconoció que fue un acto 'excesivamente largo', pero 'necesario para explicar el esfuerzo de su Gobierno durante seis años'. En junio se cumplírán seis años de la victoria del PP en la Generalitat.

El líder popular tejió un discurso de más de una hora triunfal con su gestión y apoyado en la bonanza económica, las políticas sociales impulsadas por su gabinete y los planes de futuro para perpetuar un desarrollo que calificó de 'histórico'. 'No es cierto que hayamos venido a darnos autobombo o a recrearnos en el éxito', dijo Zaplana obviando la evidencia. 'Queremos hablarles de futuro pero también trasladar a la sociedad valenciana nuestra labor, una labor que hoy sólo critican los que viven alejados de la realidad. Los que no quieren que la Comunidad mejore'. Deseó en estos momentos, Zaplana, a los que 'tengan que leer lo que han escrito y dicho' sobre el Hospital de Alzira, los casos de contagio de la Hepatitis C, las resonancias magnéticas o el plan de choque de las listas de espera sanitarias que lo revisen sin avergonzarse.

El presidente de la Generalitat y del PP valenciano inició a partir de este momento una batería de ataques contra la gestión de la oposición, especialmente la de los socialistas. '¿Qué escuchamos de la oposición? A falta de argumentos y modelos alternativos, nos acusan de ausencia de vitalidad democrática. Esa gran vitalidad socialista que en 1995 hizo que como presidente de la Generalitat accediese a mi cargo sólo, sin que nadie me diese un simple papel', recordó Zaplana.

'Hace falta cara', agregó el político, para acusar al PP de deterioro democrático cuando el PSPV 'decidió, calló o apoyó' que el Síndic de Greuges fuera 'un ilustre senador socialista' y el de Comptes, ex alcalde del PSOE y ex presidente de una Diputación. También censuró que altos cargos de entidades financieras compatibilizaran esta responsabilidad con la política activa.

Zaplana reconoció que tras años de crecimiento económico, los analistas auguran una desaceleración 'y ahí es, de verdad, donde se verá el esfuerzo de estos años'. En cualquier caso, el presidente añadió que el crecimiento económico valenciano seguirá este año por encima de la media española y europea. El político se refirió a los 'logros' de su gobierno en enseñanza, sanidad y bienestar social, y también a cuestiones pendientes como el AVE y el Plan Hidrológico Nacional (PHN), en el que se detuvo para lanzar otra andanada contra la oposición. 'Es el acto de mayor irresponsabilidad que han cometido en toda la historia de su partido', dijo Zaplana en alusión a la oposición de los socialistas. Habló de los avances en política cultural y los éxitos, más personales que institucionales, de la Generalitat en materia exterior. Acabó reconociendo la necesidad de una reforma de la Administración valenciana y se comprometió a regularizar a los funcionarios de la Generalitat que están en precario.

Zaplana tocó techo en su discurso cuando se lamentó de la falta de reconocimiento interno a su política, que sí aprecian en el exterior. Y como prueba citó el que otros gobiernos copien ejemplos de la política popular valenciana como el Hospital de Alzira, el plan de choque contra las listas de espera, su sistema de financiación, 'que hoy reconocen se parece bastante al que está sobre la mesa' o la Ciudad de la Justicia, 'proyecto que nos ha valido la felicitación del CGPJ'. También se refirió Zaplana al plan de universidades, aplaudido por los rectores de otros campus españoles.

'Antes me decían que no valía nada', dijo en referencia a los socialistas, 'ahora que utilizo la Comunidad para irme fuera. Eso quisieran. Voy a quedarme aquí hasta el último minuto', declaró.