Levante

Miércoles, 2 de mayo de 2001

UGT y CC OO-PV escenifican la ruptura sindical pero coinciden en criticar al Consell

Manifestación pasada por agua.

La cabeza de la manifestación afronta la lluvia, el viento y el granizo a su paso junto al Ayuntamiento de Valencia.

Recuenco y Sifre insisten en la necesidad de mejorar la relación entre ambas organizaciones

Primero de mayo- La celebración de la fiesta del trabajo certificó ayer la ruptura en la unidad de acción entre los dos sindicatos mayoritarios. Los líderes de UGT y CC OO-PV salvaron la manifestación conjunta en las tres capitales de provincias, pero no hubo un mismo manifiesto. La jornada transcurrió sin incidentes y con una escasa participación en Valencia debido a las inclemencias meteorológicas. En Madrid, Fidalgo y Méndez hicieron hincapié en la necesidad de recuperar la unidad de acción, mientras, en Europa, los despidos masivos centraron las protestas de los sindicatos.

José Luis Zaragozá, Valencia

La movilización de ayer de UGT y CC OO-PV bajo el lema Ocupació estable, segura i amb drets fue probablemente la más breve en la historia del Primero de Mayo de la ciudad de Valencia, como consecuencia de la persistente lluvia, el fuerte viento y el peligroso granizo que cayó sobre los manifestantes (5.000, según los organizadores; 1.500, según la policía local). La marcha tan sólo duró media hora -entre la plaza de San Agustín y la calle Navarro Reverter- debido al paso ligero que marcó la cabeza de la manifestación, en la que los dirigentes de las centrales sindicales mayoritarias, Rafael Recuenco (UGT) y Joan Sifre (CC OO-PV), sujetaron, entre otros, la pancarta. Eso sí, desfilaron separados por sus segundos. Como en Madrid.

De hecho, el 1 de Mayo escenificó la ruptura en la unidad de acción entre ambas organizaciones, que salvaron in extremis la manifestación conjunta, pero no así el manifiesto. Ni siquiera hubo discursos al final de la jornada. Recuenco y Sifre reconocieron la necesidad de reflexionar sobre la unidad sindical, si bien no marcaron plazos ni calendario de reuniones. UGT y CC OO, unidas desde 1988, están divididas a raíz del reciente pacto de pensiones.

Sea como fuere, la fiesta sindical aparcó en parte las diferencias y los dos dirigentes se unieron en contra de la reforma laboral «injusta y sesgada», la precariedad o la siniestralidad en el mundo del trabajo «con el mismo entusiasmo, a pesar del agua», según Recuenco. En su opinión, el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que «no está aquí, por cierto, sólo habla de las excelencias del empleo, pero se olvida de los colectivos con más problemas, como los jóvenes, los sin papeles o los empleados de Sintel».

Según Sifre, hay que reivindicar un empleo estable, digno y con derechos, así como rechazar una reforma laboral «injusta y sesgada a favor de los empresarios». Sifre -que exigió el cumplimiento de la ley de salud laboral y la protección de los servicios públicos- pidió un nuevo pacto por el empleo «con nuevo nombre y con contenidos».

Empleados de Sintel (empresa que ya ha empezado a enviar cartas de despido a unos cuarenta empleados de la Comunidad), de Tragsa (donde la diputación prepara una reducción de la plantilla de brigadas forestales) o de Alstom (firma perdedora del contrato del AVE) también desfilaron en la lluviosa marcha de ayer. La Asociación de Interinos de la Generalitat Valenciana convocó una concentración propia antes de la marcha general.

Entre los escasos políticos, destacó la presencia del secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, acompañado por varios dirigentes de la plana mayor del socialismo. El coordinador de Esquerra Unida (EU), Joan Ribó, tampoco faltó a la cita.

CGT-PV, en solitario

La CGT convocó manifestaciones en solitario. Según su secretario general, Javier Ruiz, «UGT y CC OO, lejos de convocar ya la huelga general, se limitan a seguir sentados a la mesa de la patronal CEOE y el PP esperando nuevas agresiones».

Las otras dos capitales de la Comunidad también vivieron sus manifestaciones unitarias. En Alicante marcharon unas 5.000 personas, mientras en Castellón lo hizo aproximadamente un millar.